Capítulo 3: Mis primeros ensayos para dejar el cigarrillo - Como dejar de fumar

MIS ESTADÍSTICAS

37 años de fumador
53.280 horas fumando
24 cigarrillos/día
324.120 total fumados
8.103 Kilos de tabaco fumados

Hechas las anteriores cuentas, pude concluir que en el día le dedicaba 4 horas al cigarrillo (10 minutos por cigarrillo) y a lo largo de mi vida como fumador le había dedicado 53.280 horas (un poco más de 6 años).
Era tiempo de empezar a dejar de fumar!. Empecé entonces a fumar sólo un cigarrillo por hora (cronometrado), reduciendo así la cantidad fumada a la mitad (a 12 en promedio, pues había días en los que hacía mayores esfuerzos y lograba reducir el consumo a 6-8 cigarros, pero en otros días la voluntad se me disolvía como humo y fumaba más de los 12).
Además, establecí un sitio para fumar: cuando sentía deseos de hacerlo, me dirigía al lugar escogido. Fuera de la casa lo hacía en sitios aislados.
Para mí era una gran hazaña haber llegado a fumar sólo la mitad de lo que antes fumaba (¡Qué capacidad tan grande la mía para reducir el consumo de cigarrillo a la mitad!...otra muestra de inteligencia); porque para el no fumador eso de fumar, así sea un cigarrillo, es fumar y nada más. Ellos no ven el esfuerzo.
Como ya había separado el hecho de fumar y hacer otra cosa (fumar era una actividad independiente), empecé a escribir y a dedicar más horas a esta tarea, así, ya era consciente que no iba a fumar mientras trabajaba; tomaba café y después fumaba; leía y después fumaba... (¡otro gran logro! -aunque no visto así desde el punto de vista de los no fumadores-).
Por eso decidí también que los logros que fuera alcanzando, sólo se los comentaría a alguien que fumara, pues un fumador sí ve el esfuerzo que representa poder contener, así sea momentáneamente, el deseo de fumar... La satisfacción que se siente cuando uno le gana la partida (al menos por un rato) al cigarrillo, sólo la entiende un fumador... Y creo que esos pequeños momentos de felicidad y de triunfo sobre el tabaco, son los que nos permiten finalmente alejarnos de él (porque no hay nada más agradable que sentirse triunfador y por supuesto más inteligente que un vicio).

Al contrario de lo que muchos consejos recomiendan, decidí que buscaría tener más contacto con personas fumadoras (los consejos dicen que se debe uno alejar de la tentación), primero porque estaba seguro que entenderían lo de mis logros, y de otro lado porque escuchar las experiencias de otra persona fumadora, me permitiría encontrar nuevas luces y crear una especie de competencia. Por ejemplo si me reunía con un fumador a charlar sobre anécdotas que tenían que ver con el cigarrillo y nuestros deseos de, al menos mermar el consumo, manteníamos (sin decirlo) una competencia de no encender un cigarrillo (Pues nadie quiere quedar mal con su compañero de lucha y ser el primero en encender uno).
De otro lado, nunca he estado de acuerdo con "botar los cigarrillos a la basura" como hacen otros, pues la tentación no sólo está dentro de mi casa; si salgo a un supermercado, por ejemplo, a comprar chicles para calmar las ansias de fumar, lo primero que encuentro en las cajas de pago, son avisos invitando a fumar, así como en radio, etc. Mi idea es que hay que ser superior a esa tentación, pues yo no puedo eliminar del planeta tierra las empresas tabacaleras,simplemente por el hecho de que quiero dejar el vicio del cigarrillo (¡No por eso ellos van a parar!)
Y esos argumentos los analizaba con mis compañeros fumadores, lo que me ayudaba a sentirme más animado a seguir en el esfuerzo (Eso de hablar con alguien que lo entiende a uno tiene su gracia).
Entonces, ya tenía claro que sí podía disminuir la cantidad de cigarrillos consumidos y el siguiente paso era reducir esa nueva cantidad a una nueva mitad.
Y terminé fumando colillas...

Capítulo 4: Fumando Colillas

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